Hamazortzi Spagnolo:

Puedo votar a los dieciocho años.

Tengo dieciocho primos.

Había vivido en Osaka dieciocho años cuando me mudé a Tokio.

Diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte.

Él tiene dieciocho meses.

«¿Sabes que la hija de la vecina ya está casada?» «¡No me digas! ¡Pero si sólo tiene dieciocho años!»

Tenía dieciocho años en aquel entonces.

Un artesano de Edo adoptó a Hokusai como aprendiz, y cuando tenía dieciocho años fue a la escuela de Ukiyo-e de Katsukawa Shunsho.

Él ya tiene dieciocho años pero todavía no sentó cabeza.

Son las dieciocho y cuarto.

Él no tiene más de dieciocho años.